Por Dr.Carlos Rosales

La Toxina Botulinica (Botox) es una toxina realmente, pero aminorada para poder ser útil en medicina, no solo en estética, sino también en neurología, gastroenterología, etc. Proviene de una bacteria Clostridium Botulinum, que bloquea la unión del nervio con el músculo produciéndose una parálisis; esto en situaciones toxicas es mortal, pero en pequeñas cantidades hace magia en las líneas de expresión del rostro. Se coloca en varios puntos de la musculatura facial principalmente en frente, entrecejo, alrededor de los ojos (patas de gallo). Pocas veces se utiliza en cuello, mentón, nariz o cuerpo.

Cuando uno gesticula mucho, va formando líneas de expresión las cuales se van profundizando volviéndose como cicatrices, con la toxina lo que logramos es evitar esto y prevenir que las arrugas ya existentes empeoren.

Recuerda no es un relleno, no se coloca para dar volumen de ningún lado, se inyecta para relajar o paralizar los músculos de la expresión, si es inyectado en grandes cantidades puede alterar la expresión de cada paciente. Se colocan entre 30 a 50 unidades por sesión cada 4 a 6 meses; esto depende de una evaluación por parte del médico tratante, debe ser aplicada exclusivamente por médicos certificados y capacitados.

La toxina se coloca con una aguja más pequeña que la de la insulina y es poco doloroso, los resultados inician entre 48 a 72 horas con un rostro fresco y bello. Debe ser combinado con otras técnicas según tu piel y grado de envejecimiento.