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Sales mejores y más saludables
Sales mejores y más saludables
Por Lia Threat @wellnesswithlia
El verano significa reuniones al aire libre, asados y mariscos hervidos. Durante estas reuniones es común que se sirvan grandes cantidades de alimentos altamente sazonados con especias, condimentos, aderezos, y pasabocas como papas fritas y alimentos procesados. Debido a su alto contenido de sal y al acompañarse también con salsas, las personas probablemente terminan consumiendo cantidades mayores a la dosis diaria recomendada de 2.400 mg/día.
La sal es un condimento utilizado en todo el mundo, en casi todas las culturas y es esencial para la cocina y la salud, puesto que realza el sabor de los alimentos y ayuda a mantener el equilibrio de electrolitos minerales vitales en nuestro cuerpo. Además, la composición química del cloruro de sodio (NaCl) ayuda a mantener un delicado equilibrio de los niveles de potasio en el organismo.
En la cocina, la sal es un potenciador del sabor que libera el sabor de otros alimentos en el plato mientras equilibra las notas amargas, dulces y saladas.
Una buena regla general para agregar sal a las comidas, es poner sal al principio, probar a mediados de la cocción, y antes de servir para ajustar en consecuencia.
En los últimos años, los gustos han cambiado y las tendencias de salud han inspirado a algunas personas a disminuir el consumo de sal de mesa, o a evitarla por completo. Sin embargo, no es necesario omitir toda la sal por completo, a menos que sea médicamente necesario.
Existen diferencias significativas entre la sal de mesa y las formas inalteradas de sales naturales. La sal de mesa es una versión culinaria del cloruro de sodio. Esta se blanquea y se despoja de la mayoría de sus propiedades nutricionales con productos químicos añadidos para evitar el apelmazamiento y el yodo.
Si ha cambiado a consumir sal rosada del Himalaya, sal marina, u otras versiones, es probable que se esté perdiendo el yodo, un mineral esencial. Para obtener una fuente más natural de sal y yodo, se pueden probar alimentos de algas marinas, especialmente las variedades Dulse, Wakame, y Kelp, o también se puede agregar un vegetal naturalmente salado como el apio. Los moluscos y mariscos como los camarones también son fuentes ricas en yodo.
Pruebe diferentes variedades de sal para obtener el mayor contenido de nutrientes y texturas interesantes. Además de mejorar el sabor, las sales pueden tener un contenido de humedad variable, estar infundidas con hierbas y especias, e incorporar otros elementos como arcilla o carbón.
Las sales de roca como la kosher, la del Himalaya, y la sal negra, provienen de rocas dentro de la tierra. Debido a su ubicación única, estas sales son ricas en minerales con variaciones de color y sabores distintos. Estos minerales pueden servir como electrolitos naturales para el cuerpo que uno puede perder al sudar.
Intente jugar con una nueva sal sazonada para su próxima reunión.
¡Manténgase fresco y disfrute el resto de estos días de verano!