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“La ciudad de New Orleans se parece a Barranquilla”
“La ciudad de New Orleans se parece a Barranquilla”
Por Christopher Ard
Si usted ha vivido en Nueva Orleans durante los últimos 40 años, sabe que que las calles North Rampart y Basin, no han sido exactamente los destinos más deseados de la ciudad; pero esto no siempre fue así. Muchos sabemos que en la esquina de las calles North Rampart y Saint Peters hay un pequeño parque llamado Congo Square.
En la época de establecimiento de la ciudad, los esclavos tenían permitido reunirse en la calle Rampart al frente del Barrio Francés. Fue en este lugar donde se creó la primera música originaria de Estados Unidos-- el jazz. Justo al final de la calle del parque, en la esquina de las calles Canal y Basin, hay una estatua de Simón Bolívar-el libertador de Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, Perú y Bolivia.
En 1957, la sociedad Bolivariana de Luisiana le regaló a la ciudad de Nueva Orleans la estatua en reconocimiento a los fuertes lazos culturales y económicos que alguna vez tuvo con lo que se llamaba la Gran Colombia. Hoy en día la conexión con dicha región es un poco más profunda. En la esquina de las calles North Rampart y Saint Peter, los viernes y sábados en la noche podemos encontrar a Octavio Ycaza y a su hermano, cocinando en la sala de entrada del bar Black Penny.
El emergente restaurante llamado Miti-Miti se ha convertido en un fenómeno en una calle de cambios constantes. En contraste a las grandes y pesadas comidas que se ofrecen en la mayoría de los restaurantes de Nueva Orleans, el menú de Miti-Miti tiene las características de lo que Octavio llama comida callejera o playera ecuatoriana.
Los clientes pueden elegir entre los distintos platos del menú, como los llapingachos, diferentes empanadas, un delicioso ceviche o sango de camarón, solo por nombrar algunos. Con un menú nuevo cada semana, Miti-Miti trae a Nueva Orleans comida que no solemos encontrar en la ciudad - ¡y se queda abierto hasta tarde!
Hace poco, un viernes por la noche estaba conversando con Octavio mientras cocinaba y me decía: “Me acuerdo que cuando pasaba por la estatua de Simón Bolívar pensaba, ¿por qué estará esto aquí? Yo recuerdo a Simón Bolívar por el dinero en Ecuador, así que fue raro ver una estatua del hombre impreso en los billetes que usaba en mi juventud aquí en Nueva Orleans. Eso me hizo amar la ciudad mucho más”. Pero no es solo la comida del restaurante Miti-Miti o estatua del libertador lo que nos conecta con la región de lo que era la Gran Colombia, también nos conecta nuestra cultura callejera…
En el 2016 me uní a cientos de residentes de Nueva Orleans mientras nos tomábamos las calles para celebrar la vida de Prince, quien recién había fallecido. Fue una celebración alegre mientras bailábamos en fila alrededor de la ciudad. A mediados del recorrido, me di cuenta que estaba caminando al lado del cantante colombiano Carlos Vives, quien estaba en la ciudad para presentarse en el Jazz Fest.
Él tenía una gran sonrisa en su rostro mientras observaba a la gente bailando en la calle. Eso me acordó de una canción de uno de sus álbumes, la cual queda perfecta como frase final de este escrito: ¡La ciudad de Nueva Orleans se parece a Barranquilla!